En el entorno actual de contracción del crédito bancario se ha producido un cambio a nivel global del modelo de financiación. En este sentido ha crecido la tendencia de las empresas a financiarse por medio de deuda corporativa. Este modelo se está extendiendo rápidamente desde EEUU hacia Europa y Asia.
Nuestra filosofía de inversión se caracteriza por invertir en obligaciones emitidas por compañías con un vencimiento medio de entre tres y cinco años con el fin de mantener la posición hasta el vencimiento. De esta manera evitamos el riesgo de subidas de tipos de interés y limitamos el riesgo de duración y volatilidad inherentes a los fondos que invierten en renta fija sin vencimiento prefijado. La mayor parte de las inversiones se realizan en bonos de compañías americanas, europeas y chinas si bien no descartamos la posibilidad de invertir en otras áreas geográficas en las que vemos valor añadido con un nivel similar de seguridad (por razones estructurales no hemos invertido en Brasil y la mayoría de países sur y centroamericanos, continentes indio y africano). Tenemos preferencia por la inversión en bonos corporativos (emitidos por compañías) en lugar de bonos soberanos (emitidos por gobiernos) ya que ofrecen una rentabilidad superior y justificada en la mayor parte de los casos.